sábado, 17 de noviembre de 2007

ESSIAC, verdadero tonico contra el cancer?

Sheila Snow, una investigadora canadiense que trabajó con el Essiac, afirmó: “La bardana y la acedera son los principales responsables de la destrucción de las células cancerígenas, mientras que el olmo y el ruibarbo incrementan el flujo de la bilis y ayudan a la eliminación de las toxinas”. Según investigaciones del Dr. Chester Stock que trabajó 3 años con el Essiac, la acedera tiene la capacidad de amalgamar las células cancerosas, regresando aquellas con metástasis al lugar del tumor original.

Bardana (arctium lappa): Es la parte más importante de la formulación. Es un poderoso purificante de la sangre y la linfa. Estimula la eliminación de toxinas, el funcionamiento hepático y el sistema digestivo. Contiene inulina, que fortalece órganos vitales como hígado, páncreas y bazo. También reduce la mucosidad y evita la formación de cálculos. Promueve el flujo de bilis y elimina el exceso de fluido en el cuerpo. Ayuda a remover infecciones del tracto urinario, hígado y vesícula. Su contenido en vitamina A y selenio ayuda a eliminar radicales libres y el cromo regula los niveles de azúcar en sangre.

Acedera (rumex acetosella): Ha sido un remedio casero contra el cáncer durante mucho tiempo en Europa y América. Alivia las úlceras internas y aplicada sobre la piel ayuda a resolver problemas como eccemas y soriasis. Su riqueza en vitaminas y oligoelementos minerales, nutre el sistema glandular. Contiene silicio, elemento necesario para los nervios y la capa de mielina que los protege. Limpia la sangre y mejora la función de hígado y páncreas, estimulando el crecimiento de tejido nuevo. Reduce el daño causado por las quemaduras de radiación y aumenta la resistencia a los rayos X. Mejora el funcionamiento del sistema circulatorio, intestinal y respiratorio. Ayuda en la remoción de depósitos extraños en las paredes de los vasos sanguíneos. Aumenta el nivel de oxígeno en las células de los tejidos.

Olmo (ulmus fulva): Como tónico, fortalece órganos, tejidos y membranas mucosas, especialmente pulmones y estómago. El principal componente es un mucílago que contribuye a la eliminación de desechos tóxicos. Ayuda a nutrir y restaurar el plasma sanguíneo y la linfa. Promueve la curación rápida de quemaduras y laceraciones. Mejora el estado de la flora intestinal y calma el asma. También alivia la acidificación corpórea.

Ruibarbo (rheum palmatum): Actúa como laxante suave (estimula la secreción de bilis hacia los intestinos) y purga el organismo (especialmente el hígado) de toxinas y desechos. Contiene ácido málico, que mejora la oxigenación del organismo y estimula el proceso de curación. Posee una sustancia (rhein) que inhibe la acción de bacterias que provocan afecciones como la candidiasis en los intestinos. Ayuda a reducir la fiebre y la inflamación. Los estudios demuestran que posee propiedades antibióticas y antitumorales.

La uña de gato (uncaria tomentosa) es una liana de la selva andina que ha sido usada durante siglos por los indígenas a raíz de sus variadas propiedades. Es antiinflamatoria, antibacteriana, antioxidante, antiviral, diurética, depurativa, hipotensiva, vermífuga, antitumoral e inmunoestimulante.

Por su parte el lapacho (tebebuia ipe) es un árbol originario de Brasil y Paraguay, cuya corteza es muy usada en medicina popular. Se usa en enfermedades reumáticas por ser antiinflamatorio. Es depurativo general y se lo recomienda en afecciones de vías urinarias. Es hipotensor, aumenta los glóbulos rojos (contiene hierro), es tónico y fortalece las defensas.

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